No dejes que este mundo roto estropee tu sonrisa, leré. Escucho Macaco y una canción ya te arragla el mes casi. Estaba recordando yo viniendo al trabajo de copiloto el cómo fué, así por encima, mi parbulario. No recuerdo si fuí a la guardería, pero el parbulario lo recuerdo, jodo si lo recuerdo. Mis padres dicen que es imposible, pero con tan pocos años hay cosas que se te quedan, y hasta acabas siendo como eres en parte por ello.
En una laguna inmensa que es el principio de la niñez tengo muchas islas y recordaba eso, unas cuantas, las más peladas y las que menos cocos tenían para sobrevivir. Recordé que en el parbulario del Nazaret los crios eran crueles. Había buena gente, tengo amigos de entonces y tal, pero siemrpe habia un aspirante a macarra que me decía que no jugaba con ellos a vaqueros e indios. Menuda tonteria me digo ahora, pero entonces eran un huevo de horas rodeado de ajenos que se divertían entre ellos y que no me dejaban jugar. Tuve que divertirme unos años yo solo.

Era genial el estar en los hormigueros tras la lluvia porque entonces no tenías que destruir o perseguir a ninguna, reconstruian algo que se había derrumbado por completo. Solo tenías que mirar. A veces cogía a alguna y la ponía sobre una hoja de árbol. Sentía gotas de agua caerme por la nuca y me pelaba de frío y tal, pero ese día nadie me daba el coñazo y tenía algo que no controlaba nadie, y algo en lo que nadie se fijaba, todos con sus gilipolleces de vaqueros e indios, futbol y peleas con puños cerrados que al final eran solo un te empujo me empujas y nos enfurruñamos.
Recuerdo también a las monjas sin dejarme ir al lavabo a la hora de comer, y ponerme a la luz del sol para que me secase. Siempre le sonreían am i madre como si fuesen amigas para siempre. Supuestas hijas de puta. Ni dejaban mear. Y había tres zorras en la clase, que siempre venían, se agachaban, me olían el culo y le decían a todos en voz alta "se ha cagado!" a primera hora. Ya podías haberte duchado a primera hora y llevar el culo de talco hasta arriba que las tres zorras tenían que gritar lo mismo a primera hora. Si hoy estuviese allí solo tendría dos brazos pero ya te digo que al menos cuando se agachasen cogería dos cabezas y no las soltaría de mi trasero hasta que las hubiese sulfatado a base de pedos mientras sonriese a carcajadas. Puestos a quedar como el que se cagaba en clase, darme el gusto y el placer y decirme a mí mismo "hoy si, hoy me he cagado pero bien, y en tu puta cara".
Yo ahora con mi edad no contengo tanta maldad como aquellos micronazis de parbulitos. En su próxima vida se reencarnarán en hormigas, eso sí. Y un chaval aburrido los puteará sobre hojas en charcos. Y entonces lo entenderán todo.
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